Jura de la Constitución - senadocultural
FRANCISCO JOVER Y CASANOVA (1836-1890) Y JOAQUÍN SOROLLA Y BASTIDA (1863-1923)
Se trata de la representación del acto celebrado el 30 de diciembre de 1885, a las dos de la tarde, con ocasión del juramento que debía reiterar (pues ya lo había efectuado ante el Gobierno el 27 de noviembre del mismo año) la Reina Regente Doña María Cristina, ante las Cortes, de ser fiel al Heredero de la Corona, y de guardar la Constitución y las Leyes.
El cuadro recoge el momento cumbre del juramento, en el cual la Reina María Cristina, vestida de riguroso luto, aparece acompañada de sus dos hijas de corta edad, las Infantas Mercedes y María Teresa, también enlutadas. Detrás de ella, junto al trono, figuran sus damas de compañía, los jefes de Palacio y dos maceros que acompañaron a la Reina en su entrada y salida del Palacio de las Cortes.
La gestación de esta obra fue muy compleja. El Senado decidió encargar el cuadro en 1886 al pintor José Casado del Alisal, pero su fallecimiento inesperado ese mismo año hizo que el encargo recayese en Francisco Jover y Casanova, el cual se hizo cargo de éste, llegando a cobrar incluso un anticipo por los bocetos y los primeros trazos. El fallecimiento de Jover el 19 de febrero de 1890, sin haber terminado el cuadro, obligó a la Comisión de Gobierno Interior del Senado a reunirse el 8 de marzo siguiente para elegir «la persona que debería encargarse de la terminación del cuadro».
La Comisión acordó por unanimidad que fuera Joaquín Sorolla el encargado de terminar el cuadro, «bajo las mismas condiciones en que le fue confiado al Sr. Jover y fijando como precio de la parte de obra que faltaba realizar, las indicadas 15.000 pesetas que restaban percibir al indicado Sr. Jover». Joaquín Sorolla tardó mucho tiempo en terminarlo, ya que el 21 de diciembre de 1893 el Senado le emplaza a que lo entregue en un plazo de seis meses. Sin embargo, Sorolla solicita de nuevo en mayo del año siguiente una prórroga de otros seis meses. Con todo ello la obra no fue entregada hasta febrero de 1898, es decir, tres años más tarde de lo convenido.
A pesar de tan dilatado retraso, gustó tanto esta pintura que el Senado, además de pagarle «las quince mil pesetas que quedaban por pagar del precio en que fue contratada dicha obra, por haber recibido el Sr. Jover diez mil pesetas que con las 15.000 antes dichas suman el precio referido», acordó recomendar al Gobierno que le concediera una «distinción honorífica».
(Extracto de: De Miguel Egea, P. (Coordinadora), de Antonio, T., Reyero Hermosilla, C., Gutiérrez Burón, J., & Solana Díez, G. (1999). El arte en el Senado (pp.338-341). Secretaría General del Senado. Madrid.)