Última comunión de San Fernando

Alejandro FERRANT Y FISCHERMANS (1843 - 1917)

1914. Óleo sobre lienzo, 280 * 420 cm.

La obra fue encargada al pintor en 1867 por el Infante Sebastián Gabriel de Borbón, importantísimo coleccionista de pintura de su tiempo y protector de artistas, entre otros el propio Alejandro Ferrant, pero quedó inconclusa en su estudio a la muerte del Infante en 1875. Los biógrafos de Ferrant recogen que éste mantuvo el empeño de concluirla hasta 1914, poco antes de su muerte, pero, dado el carácter de su ejecución, que destila todo el carácter de otra época, es probable que se limitara entonces a dar los últimos toques, en vísperas de su adquisición por el Senado (incluso hay zonas, como la cabeza del rey, manifiestamente menos trabajadas que otras, como la derecha del cuadro, tan elaborada). Casado supone que la adquisición por el Senado se debió a la iniciativa del senador y académico Ángel Avilés, autor del primitivo catálogo de la institución, consciente de que, en virtud del tema, era el destino "natural" de la obra.

Dentro del género, la obra constituye una síntesis de los más frecuentes recursos compositivos, iconográficos y formales utilizados por la pintura de historia en todo su desarrollo. El autor despliega una aparatosidad de raíz barroca, dentro de un academicismo bien aprendido, aunque con elementos de carácter realista, no siempre arqueológicamente verdaderos. Una cierta incoherencia formal, fruto de la dilatada ejecución, que produce un contraste tan acusado entre la mitad izquierda y la derecha del cuadro -aquella tan minuciosamente descrita y dibujada, está con más frescura y más alardes luminosos- resta entusiasmo a una pintura concebida con toda corrección. (Extracto del Carlos Reyero Hermosilla, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, pág. 258).