retratoCristobalColon - senadocultural

José María GALVÁN Y CANDELA (Madrid 1837 - 1899)
Óleo sobre lienzo, 60 * 45 cm
El genovés Cristóbal Colón es una de las figuras históricas más universales por su descubrimiento del Nuevo Mundo, aunque él murió creyendo todavía que sólo había encontrado una ruta inédita para llegar a Oriente, a las Indias, y no un nuevo continente, el que ahora llamamos América en honor del florentino Amerigo Vespucci.
Colón, nacido hacia 1451, desde muy pequeño estuvo enrolado en expediciones comerciales hasta que emparentó con una familia portuguesa, los Moniz de Perestrello muy ligada a las empresas marítimas africanas. Este ambiente y las teorías del humanista florentino Paolo del Pozzo Toscanelli le llevaron a abandonar el mundo del comercio para centrarse en un objetivo: el descubrimiento de una ruta alternativa para llegar a Oriente. Al no encontrar apoyo en Portugal pasó a Castilla en 1485 donde gracias al tesón de Fray Antonio de Marchena, guardián del convento de la Rábida, pudo explicar su proyecto y sus teorías a los sabios reunidos en Salamanca. Aunque no logró convencerlos, la decidida intervención de la Reina Isabel I evitó su paso a Francia, y después de firmar las Capitulaciones de Santa Fe en enero de 1492, pudo emprender la aventura partiendo de Palos el 3 de agosto de 1492. Hasta el 12 de octubre del mismo año, después de una penosa y accidentada travesía, las tres carabelas que formaban la expedición -la Santa María, la Pinta y la Niña- no tocaron tierra americana, concretamente la isla de Guanahani, bautizada San Salvador por Colón.
El almirante fue colmado de honores a su regreso a España y facultado para la realización de otros tres viajes, si bien las intrigas, las envidias y los recelos terminaron con él en prisión. La Reina trató de resarcirle de estas vejaciones, terminando sus días en Valladolid en 1506. La leyenda romántica forjó la imagen de un Colón pobre y solitario, abandonado por todos, pero no parece tener mucha consistencia histórica si se tiene en cuenta el hecho significativo de que su hijo Diego se casara nada menos que con una sobrina del Duque de Alba. Es más, Diego fue Virrey de La Española, la actual Santo Domingo, a cuya catedral trasladó los restos de su padre que descansaban en la Cartuja de las Cuevas de Sevilla.
Toma como modelo el retrato que hiciera el pintor italiano del siglo XVI Giovio, a través de una copia de la Biblioteca Nacional -existe otra en el Museo Naval- adquirida por N. Yáñez en 1763. (Texto de Jesús Gutiérrez Burón, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, págs. 184 y 185).