Marina

Ignacio PINAZO Y CAMARLENCH (Valencia, 1849 - Godella, Valencia 1916)

Óleo sobre lienzo, 14 *22 cm.

Ignacio Pinazo fue un pintor de origen valenciano, formado en la Academia de San Carlos de Valencia y en Roma, donde completó sus estudios gracias a que en 1876 obtuvo una pensión de la Diputación de Valencia. A pesar de los éxitos obtenidos como pintor de historia y retratista en las Exposiciones Nacionales y de haber obtenido una plaza como profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, prefirió refugiarse en el pueblo valenciano de Godella que vivir la agitada vida artística madrileña.

La creación artística de Ignacio Pinazo presenta dos maneras de afrontar su producción que conviven simultáneamente a lo largo de su trayectoria pictórica: una, más vinculada a los encargos y a la obtención de premios, en la que conjuga el realismo con un alarde de dominio y precisión en la utilización del pincel; y otra, más personal y libre constituida por un abundante número de apuntes tomados del natural, sueltos, luminosos y vibrantes. Es precisamente allí, en su casa-estudio de Godella, donde al margen de compromisos empieza a tomar apuntes en diminutas tablas de todo lo que le rodea.
 
Cuadritos de ejecución veloz, realizados a base de pequeñas manchas: "pintura taquigráfica", como ha sido definida por alguno de sus biógrafos.

La obra que posee el Senado está dentro de este estilo de composiciones, muy numerosas, concebidas al aire libre, junto al mar, donde las figuras se convierten en un toque fugaz, en una mancha que en este caso se funden con las siluetas típicas de "las casetas de baños", los colores son fuertes y contrastados y el punto de vista alto.

Pinazo capta estos paisajes con gran espontaneidad, al margen de todo convencionalismo, intentando representar el cromatismo cambiante del cielo y de la luz en la naturaleza, expresado en esta obra con el protagonismo del sol de poniente sobre el paisaje marino.

Este pintor responde plenamente al tipo de artista que en su época estuvo condicionado tanto por la moda oficial como por el mercado artístico. Cuando logra escaparse de estas ataduras se nos revela como un precursor de las corrientes contemporáneas. (Texto de Pilar de Miguel Egea, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, pág. 354).