Gaspar Melchor de Jovellanos

Ángel MONASTERIO (1777 - 1813)

1809 (modelo), c. 1855 (fundición)

Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) está considerado como el más complejo y profundo pensador español de la época de la Ilustración, aureolado con la fama de literato, orador, poeta, jurisconsulto, filósofo y economista, además de "padre de la patria", como reza el célebre epitafio colocado sobre la lápida de su tumba, en la capilla de los Remedios de Gijón, redactado por Manuel José Quintana y Nicasio Gallego. Pero lo que, por encima de todo, justifica la presencia de su imagen entre las piezas más representativas de la colección del Senado, en los primeros años de su andadura, y la dedicación, con posterioridad, de una estatua, es su intervención ante la Junta Central de la Guerra de la Independencia, en 1810, en defensa del bicameralismo.

Se trata de un retrato, en posición casi frontal, con la frente despejada, aunque mostrando las arrugas propias de la edad, la cabeza calva y el cabello suelto y escaso, algo rizado sobre las sienes. De orejas grandes, cejas espejas y ceño fruncido, el rostro denota gravedad, aunque las facciones de la boca y la forma cuidada de la nariz, no resultan duras ni especialmente marcadas. Al haberse concentrado en la expresión de la cabeza, sin concesiones a la circunstancialidad del vestido, dentro la más pura tradición romana, en la órbita del neoclasicismo imperante, se refuerza el aire de solemnidad intemporal que quiere transmitirse con esta forma de caracterizar la figura. La distancia e independencia de carácter, que se asocian con su personalidad pública, parecen quedar puestas de relieve, frente al carácter melancólico con que le describieron algunos de sus contemporáneos.

Esta pieza es una réplica del original que el escultor realizó en Sevilla, por encargo de Lord Holland, en 1809. El modelo primitivo, en barro cocido, pasó a manos de Manuel José Quintana, que había sido el encargado de realizar las gestiones para su ejecución, en nombre de Lord Holland. Ese ejemplar fue donado, por legado testamentario, en 1857, a la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (E-476). Existe otra pieza en mármol, de cuyo vaciado se ha supuesto tradicionalmente que procede este ejemplar del Senado, que fue donada, en 1840, por la viuda de Lord Holland, Elizabeth Vassal, a la Academia de la Historia de Madrid, en cuyo Salón de Juntas se conserva. No obstante, la Academia de San Fernando de Madrid posee, también, un vaciado en escayola del modelo (E-544), que bien pudo haber servido para el ejemplar fundido del Senado, uno de los tres de hierro, además de uno más en bronce, que salieron de la Fábrica de Trubia entre 1846 y 1856. (Texto de Carlos Reyero Hermosilla, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, pág. 478).