Pedro Pablo Abarca de Bolea, Conde de Aranda

José María GALVÁN Y CANDELA (Madrid 1837 - 1899)

Óleo sobre lienzo, 80 * 63 cm.

Don Pedro Pablo Abarca de Bolea, Conde de Aranda, nacido en Huesca en 1719, pertenecía a una noble familia aragonesa que, para mejorar su formación jurídica, lo había mandado a estudiar a Bolonia. Él, sin embargo, escogió la carrera militar abandonando los estudios para incorporarse al ejército en 1736, llegando hasta Capitán General de Castilla la Nueva en 1766, con cuyo uniforme de gala está representado en este retrato. Hombre de una gran cultura fue uno de los representantes más característicos del despotismo ilustrado español. Tuvo una magnífica relación con los enciclopedistas franceses, además de una gran amistad con Voltaire.

Intervino activamente en la vida pública española en puestos tan importantes como la Presidencia del Consejo de Castilla -durante siete años desempeñó este cargo desde la "nacionalización" de la administración como consecuencia del motín de Esquilache (1766)-, con actuaciones tan significadas cual la expulsión de los jesuitas (1767) o la defensa del regalismo. Perdida su influencia en la Corte, desempeñó la representación diplomática española en Portugal y Francia (1773), donde tuvo ocasión de estrechar las buenas relaciones antes mencionadas. Precisamente la defensa del país vecino motivó su enfrentamiento con Godoy que lo desterró a Jaén en 1794. Sobreseida su causa en 1795 se retiró a Épila donde murió en 1798 después de haber tomado una medida ejemplar: conceder la jubilación con sueldo íntegro a los obreros ancianos de su fábrica de cerámica de Alcora. (Texto de Jesús Gutiérrez Burón, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, pág. 190).